lunes, 15 de octubre de 2012

NUEVE MESES: LA DULCE SENSACIÓN DE LA VIDA, EN MI PANCITA

Si descubrir que una está embarazada es el sentimiento más especial, el saber que hay una personita dentro de ti creciendo día con día es lo máximo.

La primera visita al ginecólogo fue genial, escuchar el corazón de mi bebé por primera vez es algo que nunca olvidaremos. Tuve algunos malestares el primer trimestre como náuseas mañaneras, la horrible agrura y detestar las cosas con sabores dulces (eso tuvo su lado bueno).

Y así de manera acelerada (al menos para nosotros) los días fueron pasando y  al acercarnos a la semana dieciséis  me hice otro ultrasonido, este no era cien por ciento confiable pero parecía que nuestro regalo de amor era una ¡niña!; queríamos estar seguros y decidimos dejar pasar un poco más de tiempo y conseguir una segunda, tercera y hasta cuarta opinión (si, en verdad queríamos estar seguros jajaja). Unas cuantas semanas después confirmamos que tendríamos a una bebita, ¡que felicidad más bella experimentamos ese día!.

Comenzó la dura tarea de buscar nombres, aunque de novios habíamos hecho alguna lista, es muy distinto cuando hay un bebé creciendo y siendo parte de tu hogar, los nombres de Thalía, Cleopatra o Lady Gaga, ya no nos parecían prudentes.

He de decir que siempre hay miedos y la incertidumbre de qué nos espera, no obstante gracias a Dios mi embarazo fue muy bello y lo disfruté tanto cada día, mi esposo fue un gran apoyo y juntos vivimos esta experiencia de una manera única, dándole a nuestro bebé los mejores deseos y mucho amor.

Creo firmemente que Dios cuidó de nuestra bebita aún antes de ser conscientes de ella. Recuerdo que una noche de octubre (antes de saber de mi embarazo) desperté con un fuerte malestar acompañado de vómitos y diarrea, pensé que algo que había comido me había caído mal, toda la noche me sentí enferma y al día siguiente le pedí a mi esposo que me hiciera un masaje, a ver, para que me entiendan, le pedí que me sobara… y aunque pude haber consumido un purgante o algún medicamento quizás dañino para mi bebé, algo en mi corazón me hizo no hacerlo. (jajaja mi indigestión era nada menos que una gordita preciosa la cual llamaríamos Gabriela).


Más adelante contaré mi experiencia más impactante hasta ahora vivida: El proceso del alumbramiento.

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