domingo, 21 de octubre de 2012

Y LLEGÓ EL MOMENTO DEL PARTO...

Después de esperar a mi bebita desde la semana treinta y siete, ella quiso nacer hasta la semana cuarenta y uno. Debo decir que fueron días muy estresantes esperando con ansias que llegará el día.

Ese día fui al médico en compañía de ese ángel que Dios me dio (mi mamá), y el doctor nos dijo que en la próximas horas mi niña estaría con nosotros, sentí molestias durante todo el día y a eso de las seis de la tarde decidimos ir al hospital, luego del papeleo, a las nueve de la noche me internaron y empezó  la tarea más dolorosa hasta ahora vivida, debo decir que aunque había investigado mucho sobre el tema, la experiencia es única y más difícil de lo que imaginé.

Aumentaron los dolores y a las tres de la madrugada entré a sala de partos, no tenía idea de lo que duele traer un hijo al mundo! Luego de la hora y veinte minutos más difíciles de mi vida nació nuestra niña hermosa,  en ese momento los dolores pasan a un segundo plano.

Es importante comentar que aunque se habla mucho del embarazo, no es así del proceso del parto y los médicos son tan escuetos en sus respuestas que una entra a labor de parto desconociendo mucho de ese proceso, sin embargo algo si es verdad, a pesar del dolor, nuestros pensamientos están en nuestros hijo o hija y aunque duela dar vida ese dolor pasa, vale la pena pues no hay mayor felicidad que ver el rostro de nuestro bebé cada día.

Hoy solo podemos agradecerle a la vida por darnos ese pedacito de cielo que vive en nuestra casa y nos hace los papitos más felices del mundo…

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